El mal aliento de origen digestivo es menos frecuente de lo que se piensa.
En realidad, la halitosis, o mal aliento, se origina en un 85-90% de las veces en la cavidad oral.
El mal olor procede del efecto de las bacterias anaerobias que hay en la boca, que son capaces de degradar productos de la alimentación (produciéndose compuestos sulfurados).
Una higiene bucal deficiente, la existencia de enfermedades periodontales, la acumulación de bacterias y la putrefacción de restos de comida son, entre otros, factores de riesgo para causar mal aliento.
El origen lingual del mal aliento es el más frecuente en caso de ausencia de enfermedad en las encías, por eso, es necesario también cepillar la lengua.
Así que si estás preocupad@ por tu mal aliento, antes de pensar en visitar distintos especialistas médicos, te recomendamos una evaluación del estado periodontal por parte del dentista.