Cuando los implantes dentales que han sido colocados en su hueso maxilar son exitosos, ocurre lo que se conoce como oseointegración. Este término significa que hay una conexión ósea. La parte metálica o cerámica del implante es colocada dentro del hueso del maxilar superior o la mandíbula; luego el hueso en efecto se fija directamente al implante, creciendo alrededor de éste y soportándolo firmemente.
Algunos sistemas de implantes fomentan una capa cicatrizal de tejido blando entre el implante y el hueso; se dice que este tejido cicatrizal funciona como un ligamento al conectar la raíz del diente natural a su alvéolo óseo. Sin embargo, esta teoría no ha sido probada científicamente. Además, la capa cicatrizal contribuye al movimiento del implante, permitiendo una comunicación indeseable entre el hueso y la boca, y no reacciona bien con las fuerzas de la masticación.
La información científica ha manifestado que los sistemas de implantes basados en la oseointegración son predecibles y muy exitosos. Su odontólogo puede discutir eso con usted.