¿Qué relación existe entre el tabaco y la COVID-19?
El consumo de tabaco aumenta la probabilidad de contagio de COVID-19, tanto por el humo exhalado, como por el contacto mano-boca que aumenta al fumar/vapear.
Ahora, son más necesarias que nunca las políticas antitabaco para prevenir y defendernos de la pandemia.
La Comisión Asesora COVID-19 propone las medidas que siguen para fomentar estas políticas:
- Realizar una subida generalizada de precios.
- Ampliar los espacios sin humo (playas, piscinas, vehículos privados, terrazas al aire libre, recintos deportivos, lugares donde haya menores…).
- Establecer un empaquetado genérico donde no haya lugar para la imagen de marca.
- Realizar campañas de prevención periódicas dirigidas a jóvenes y adolescentes.
- Facilitar tratamientos psicológicos y farmacológicos a pacientes fumadores para ayudarles a dejar de fumar.
- Abogar por la protección del medio ambiente sin fumar en espacios abiertos, aunque esté permitido por la ley.
También alerta sobre la situación del personal de hostelería y restauración que sufre una mayor exposición con la proliferación de terrazas donde se fuma, y con la retirada y limpieza de ceniceros.
La reducción del consumo de tabaco no sólo protege a los fumadores, también libera al sistema sanitario de cargas asistenciales, de ahí que reducir el tabaquismo sea algo fundamental frente a COVID-19.
Son todo estrategias de prevención comunitaria con un objetivo de bien social.
Información extraída del quinto informe de la Comisión Asesora COVID-19-OMC puesta en marcha por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), informe en el que han participado la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).