Una mala salud oral puede originar complicaciones en otras partes de nuestro cuerpo y empeorar el pronóstico en caso de padecer la COVID-19.
Son muchos los estudios que muestran que existe una clara relación entre una inadecuada salud bucodental y otras enfermedades sistémicas.
Las bacterias responsables de las enfermedades orales, junto con sus productos tóxicos, pasan al torrente sanguíneo a través de las pequeñas arterias. Esas bacterias alcanzan órganos a distancia como el corazón, los pulmones, los riñones, el páncreas o atraviesan la placenta en caso de embarazo. Por eso hay que evitar que estas bacterias patógenas orales se desarrollen para prevenir posibles enfermedades generales más graves (cardiopatías, enfermedades respiratorias, renales, empeoramiento de la diabetes).
Las enfermedades orales dificultan el control de la diabetes, aumentan el riesgo de infarto del miocardio, incrementan el riesgo de enfermedades pulmonares o renales, o pueden favorecer un parto prematuro.
Fuente: Consejo General de Dentistas de España y Fundación Dental Española