En condiciones normales, la lactancia materna es la opción más sana y saludable para el desarrollo del niño.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses es suficiente para brindar a los bebés todos los nutrientes necesarios para su pleno desarrollo, además de constituirse en la mejor protección contra las enfermedades del recién nacido.
Su mantenimiento hasta los 6 meses permite un desarrollo facial armónico, disminuye la posibilidad de ingestión de alimentos que contienen azúcar y favorece el adecuado desarrollo dental, ya que interfiere positiva y decisivamente en los niveles de salud del niño.
Sin embargo, la lactancia materna prolongada y a demanda hasta los 2-3 años o más, puede favorecer un cuadro infeccioso de caries, al igual que lo puede producir el biberón.
Los especialistas coinciden en que le problema de aparición de las caries en edades tempranas, depende tanto de la prolongación del tiempo de lactancia, como de la ausencia de medidas higiénicas después de cada una de las tomas.