¿Es un riesgo besarse?
El beso es un acto humano, aunque no exento de peligro. Con el beso y la saliva se pueden transmitir fundamentalmente el virus del catarro común y de la gripe, así como el virus del herpes.
Quizá el beso y la saliva sean también el mecanismo de transmisión de las bacterias causantes de la periodontitis. El virus del SIDA no se propaga por un beso, a no ser que fluya sangre.
Cuando se habla de ‘la enfermedad del beso‘, se refiere a la mononucleosis infecciosa o fiebre ganglionar de Pfeiffer.
¿Qué es la enfermedad del beso?
La enfermedad del beso o mononucleosis es una enfermedad infecciosa, producida por el virus de Epstein-Barr, miembro de los herpes-virus. Es una infección exclusivamente humana y de distribución universal.
Se transmite por las secreciones orales mediante contactos íntimos, como sucede en los besos, o el intercambio de saliva de niño a niño, como en las guarderías. Puede ocurrir de forma endémica en grupos de adolescentes, tras los primeros ‘besos apasionados’, y en instituciones educativas, especialmente en países desarrollados. En este grupo de edad es en el que las manifestaciones son más floridas. También ocurre en la población infantil, sobre todo en países en desarrollo.
Excepcionalmente puede ser transmitido por transfusiones, muy poco probable actualmente con los procedimientos de los derivados sanguíneos.
Síntomas y signos de la enfermedad del beso.
Después de un periodo de incubación de 30 y 50 días, aparecen las manifestaciones, a veces muy poco aparentes, pero en raras ocasiones pueden ser muy graves.
Los síntomas iniciales son los comunes a muchos procesos febriles: fiebre, dolor de cabeza, cansancio, falta de apetito. En los niños por debajo de los 4-5 años los síntomas generalmente son inespecíficos. Las manifestaciones típicas aparecen con más frecuencia en el niño mayor y adolescente: fatiga, faringitis exudativa (con placas), aumento de ganglios (adenopatías) y aumento del tamaño del bazo, junto con el hallazgo en el análisis de sangre de linfocitosis de células mononucleares con aspecto de linfocitos atípicos, de ahí el nombre de ‘mononucleosis’. La fiebre puede durar una semana o más incluso, y las adenopatías 2-4 semanas. La presencia de ‘bultos en el cuello’ puede generar gran ansiedad familiar.
Otros signos característicos aparecen con menos frecuencia: edema palpebral, exantema (sarpullido por todo el cuerpo), fatiga, dolores musculares, dolor de cabeza, náuseas, dolor abdominal. En ocasiones la presencia de dolor intenso abdominal o dolor de cabeza puede indicar la presencia de complicaciones.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la enfermedad del beso?
En las personas inmunodeprimidas la infección puede desencadenar ciertas complicaciones graves: enfermos de SIDA, o los que reciben un tratamiento supresor del sistema inmune (trasplantes). En estos pacientes se puede desencadenar un cuadro proliferativo agresivo no maligno y también tumores malignos de células linfoides y epiteliales.
El virus Epstein-Barr fue el primer virus humano asociado a enfermedades malignas, y fue el primer virus identificado como virus tumoral humano.
¿Cómo se realiza el diagnóstico de la enfermedad del beso?
En los casos no complicados o evidentes clínicamente, en pacientes sanos, no se precisan análisis para el diagnóstico. Si se realiza un análisis de las células sanguíneas, es decir, un hemograma, se observa en más del 90% de los casos una elevación de los glóbulos blancos (leucocitosis), con un alto porcentaje de linfocitosis atípicos. En algunas ocasiones se observa también un descenso en la cigra de plaquetas y anemia. En los enfermos que tienen estos hallazgos está justificado consultar con el especialista en hematología.
El diagnóstico de mononucleosis infecciosa se suele realizar con un análisis de sangre, solicitando una prueba denominada de anticuerpos heterófilos, conocida como Paul-Bunnell-Davidsohn, que se realiza en la mayoría de los laboratorios de análisis clínicos. Si la sospecha diagnóstica es alta y esta prueba no es positiva, el estudio de anticuerpos específicos del virus confirmará si existe infección aguda.
Los sistemas de antígenos EBNA, ACV y PA son los más útiles para el diagnóstico; su estudio se realiza en laboratorios especiales o de referencia.
El diagnóstico requiere en ocasiones considerar y excluir enfermedades infecciosas similares a la mononucleosis infecciosa: infecciones por citomegalovirus, toxoplasma, adenovirus, hepatitis, virus del SIDA o rubeola.
¿Puede haber complicaciones en la enfermedad del beso?
Muy pocos pacientes con mononucleosis sufren complicaciones:
Anemia, hepatitis, meningitis, encefalitis, neuritis, miocarditis, rotura de bazo, dificultad respiratoria o en la deglución, deshidratación, enfermedades proliferativas o tumorales…
¿Existen medidas de tratamiento para la enfermedad del beso?
La mononucleosis infecciosa no tiene tratamiento específico.
Como antitérmico o analgésico es preferible el paracetamol, y también el metamizol. La aspirina puede ocasionar complicaciones como el síndrome de Reye. Se recomienda reposo durante el periodo febril, no realizar actividades deportivas o extenuantes hasta pasado un mes después de la recuperación completa y especialmente mientras haya aumento de tamaño del bazo, para evitar su rotura.
El uso de corticoides (prednisona) en un ciclo corto se considera sólo para ciertas complicaciones importantes, como inflamación amigdalar intensa con obstrucción de la vía respiratoria, esplenomegalia masiva, miocarditis, meningitis o procesos bajo control por el especialista hematólogo. Por ser un cuadro vírico, los antibióticos no son eficaces. Aunque pueden estar indicados si hay complicaciones o sobreinfección bacteriana, o si existen dudas diagnósticas. Deben evitarse la ampilicina y la amoxicilina porque determinan con gran frecuencia, y por razones no bien conocidas, la aparición de erupciones cutáneas, lo cual complica la interpretación diagnóstica y puede confundirse con una reacción alérgica.
¿Cómo prevenir la enfermedad del beso?
No se dispone de vacuna.
Comparada por ejemplo con la gripe, o la varicela, la mononucleosis no es muy contagiosa. No requiere aislar al enfermo, salvo las personas inmunodeprimidas.
La prevención consiste en evitar el beso y el contacto de la saliva cuando se está infectado. Si bien, en ocasiones la eliminación del virus es prolongada (meses) e incluso durante años, de forma recurrente.
Los pacientes con historia reciente de mononucleosis infecciosa o cuadro similar no deben donar sangre.