Aunque parecen muy obvias las consecuencias estéticas que conlleva la pérdida de un diente en la parte frontal de nuestra boca, muchas personas optan por no reemplazar los huecos menos visibles en la dentadura y no siempre son conscientes del riesgo que esta decisión puede suponer para su salud.
Las consecuencias de no reponer las piezas dentales perdidas:
Mordida incorrecta
Dificultad en la masticación
Trituración de alimentos incompleta
Problemas digestivos
Movimientos dentales y dolor
Pérdida ósea
Pérdida del contorno labial
Dificultad en la pronunciación
Envejecimiento facial prematuro
Pérdida de autoestima y confianza al sonreír y disfrutar de las relaciones personales de manera natural
Para evitar estas alteraciones, es necesario acudir al dentista para determinar las causas que provocaron la pérdida de las piezas dentales y valorar las posibles soluciones para reponerlas. Para ello, el tratamiento más convencional son los implantes dentales.
La mejor forma de prevenir las enfermedades orales es manteniendo una higiene oral adecuada, acudiendo a las revisiones anuales y cepillándose los dientes después de cada comida.