El omeoprazol limita el éxito de la terapia de implantes dentales
Los implantes dentales son un tratamiento cada vez más asentado en la sociedad a la hora de reponer las piezas ausentes. A pesar de que con los años se han ido mejorando los materiales, la microestructura del implante y la técnica quirúrgica, las posibilidades de que se produzca un fracaso clínico, siguen preocupando tanto al dentista como al paciente.
Los fármacos inhibidores de la bomba de protones (omeoprazol, pantoprazol y derivados) llevan utilizándose muchos años (a veces sin control médico) en la prevención y tratamiento de los problemas gastrointestinales asociados a ácidos (reflujo gastroesofágico, gastritis, úlceras pépticas…). Al inhibir la bomba de protones, que también se encuentra en los huesos, se ha demostrado que su uso continuado disminuye la densidad ósea, perjudicando la absorción del calcio.
El posible impacto negativo de estos fármacos en el tratamiento con implantes dentales se asocia sobre todo con su efecto sobre el denominado proceso de osteointegración, es decir, sobre la conexión directa, estructural y funcional entre el hueso vivo y la superficie de un implante. Como la osteointegración de los implantes dentales se ve influenciada por el metabolismo óseo, varios estudios en revistas de impacto publicados a finales de 2016 han tratado de demostrar si los pacientes que llevan años tomando esta medicación tienen mayor predisposición al fracaso de los implantes dentales. Así, se ha concluido que los pacientes que toman omeoprazol tienen el doble de posibilidades de experimentar un fracaso en el tratamiento con implantología dental que aquellos que no lo toman.