Una de las actuaciones que mayor incomodidad han supuesto siempre para el paciente en la clínica dental es la toma de impresiones o toma de medidas para hacer prótesis dentales. El uso de las pastas de impresión, que son muy fluidas y además con sabores no siempre agradables unido a la posibilidad de deglución o de aparición de nauseas hace que esta práctica sea una de las que se han intentado mejorar desde hace mucho tiempo.
En los últimos años la investigación clínica ha ido dirigida hacia la creación y desarrollo de sistemas expertos con lo que poder tomar impresiones digitales de la boca para ganar en precisión, seguridad y confort a la hora de la toma de impresiones.
La tecnología se ha basado en la realización de vídeo 3D junto con sistemas de telemetría láser y creación de imágenes a tiempo real de manera tal que todo el sistema integrado permite de una forma precisa y con una exactitud desconocida hasta la fecha obtener imágenes perfectas de boca y dientes.
Los beneficios que esta técnica han aportado son múltiples: el más inmediato es la sencillez y confort que proporciona al médico y al paciente el evitar las técnicas invasivas convencionales, en segundo lugar la extremada higiene y limpieza de todo el procedimiento de toma de impresión y en tercer lugar el poder realizar una odontología y prótesis exclusivamente digital incluso sin la necesidad de modelos físicos, con una exactitud absoluta y con la incorporación de nuevas tecnologías al servicio de la prótesis y de la estética bucofacial.